"Esto está lejos de acabar", anunciaba Kobe en la previa. Obviamente un tipo como Bryant lo que menos piensa es en entregarse fácil pero así y todo casi se repite la misma historia que el partido del jueves. Los Lakers sacaron 17 puntos de ventaja en el primer cuarto, en el segundo pusieron a los suplentes y Boston se le puso a tiro del empate. Otra vez los jugadores que tienen que decir presente en las difíciles desaparecieron, pero contaron con la suerte que la remontada de los Celtics no fue en el final como el otro día.
Boston estuvo ahí, a muy poco de poder llevarse el partido y el titulo. Faltaban cuarenta segundos, perdían por dos, Paul Píerce perdió una pelota y Kobe la volcó para sentenciar prácticamente las cosas.
Aplauso, medalla y beso para Pierce. Tremendo partido jugó. 38 puntos, para el líder de los Celtics que hizo de todo y no descansó ni siquiera un minuto. Pero el deporte tiene esas cosas que a veces no son justas. No se merecía perder esa pelota luego del partidazo que había jugado. Ahora la serie vuelve a Boston. Los Celtics buscarán cerrar la serie y quedarse con el preciado titulo. Si yo fuera parte de la organización ya le iría preparando el premio de MVP al número 34 de los Celtics.
lunes, 16 de junio de 2008
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