
Boston estuvo ahí, a muy poco de poder llevarse el partido y el titulo. Faltaban cuarenta segundos, perdían por dos, Paul Píerce perdió una pelota y Kobe la volcó para sentenciar prácticamente las cosas.
Aplauso, medalla y beso para Pierce. Tremendo partido jugó. 38 puntos, para el líder de los Celtics que hizo de todo y no descansó ni siquiera un minuto. Pero el deporte tiene esas cosas que a veces no son justas. No se merecía perder esa pelota luego del partidazo que había jugado. Ahora la serie vuelve a Boston. Los Celtics buscarán cerrar la serie y quedarse con el preciado titulo. Si yo fuera parte de la organización ya le iría preparando el premio de MVP al número 34 de los Celtics.
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