sábado, 28 de noviembre de 2009

El ocaso de una estrella

¿Podemos creerle realmente a Allen Iverson? ¿Se retira del basquet o tiene una carta guardada? Vaya uno a saber. Lo cierto es que Iverson dejó a los Grizzlies, luego de un puñado de partidos, y hace pocos días, por medio de un periodista, anunció (¿su retiro?) de la NBA. Los motivos que dio para dejar a Memphis fueron que ciertos asuntos personales le impedían seguir jugando. Pero todos sabemos el fondo de la cuestión. Las causas son las mismas que lo llevaron a tomar la decisión de dejar los Pistons. "The answer" no se banca la falta de protagonismo. No logra comprender que ya no es el mismo de antes. Que aquel que dejó papando moscas a Jordan quedó en el pasado. Orgullo propio llamenle si quieren o falta de compromiso con el equipo, la verdad es que a Iverson ser suplente no le va ni un poquito. Muy elegante sonó su carta de despedida. Si, esa misma carta en donde decía adios pero al mismo tiempo no cerraba la puerta del todo. Iverson quiere seguir jugando. Siente que todavía está para más pero siempre y cuando le den el rol que él pretende. Por estas horas se ha vuelto a hablar que los Sixers, que lo vieron nacer, estarían tras sus pasos con la idea de repatriarlo y así subsanar la lesión de su base Lou Williams. ¿Y a que no saben de donde surgió este rumor? Si, del mismo periodista a cual Iverson había elegido para comunicar su despedida. Casualidades. Habrá que esperar como siguen las negociaciones. Ya los Knicks, que fichan a cualquiera y pagan más de lo que pueden, le dijeron que no quizás en Philadelphia encuentre su destino. Un grandisimo jugador, inigualable, que seguramente ya tiene asegurado su lugar en el Salón de la Fama, está expectante de una última oportunidad. Aunque habría que avisarle que los puntos no son todo en el basquet. Que este es un deporte en equipo y se gana, precisamente, jugando en equipo. Parece díficil que un tipo a su edad que siempre hizo lo que quiso como quiso pueda cambiar o aceptar nuevas reglas. ¿Habrá respuesta?