lunes, 28 de febrero de 2011

La Gran Manzana

El objetivo es claro. Volver a lo que alguna vez supieron ser. No muchas ciudades respiran tanto básquet como New York pero también la realidad marca que hace rato que las mejores épocas se fueron. Los Knicks quieren recuperar el protagonismo, las proezas en el Garden. Aunque sólo dos títulos descansen en sus vitrinas, los de Manhattan siempre estuvieron en la pelea con los más grandes. Por eso el Operativo Retorno implicó gastar unos buenos millones de dólares pero esta vez, asegurándose de hacerlo de manera correcta. Justo en un verano con grandes nombres para satisfacer necesidades, los Knicks fueron por Lebron. No pudieron pero se quedaron con Amare Stoudemire. Pero a esta gran adquisición se le agregaría la frutilla del postre. New York sabía que con Amare, Gallinari, Felton y demás, tenía buen equipo pero para las exigencias del público y para realmente llegar lejos necesitaba más. Y ese más fue nada menos que Carmelo Anthony. El hombre de los Nuggets hizo todo lo posible para irse de Denver. Presionó y dio resultado. Eran los Knicks o los Nets. Pero Melo tenía la idea fija. Si se iba, se iba a New York. Su ciudad, su equipo. Y así fue. Carmelo y Stoudemire juntos. Ahora sólo resta ver si ambos podrán complementarse y sacar al equipo de las penurias. De esas mismas que sus vecinos de New Jersey quieren salir. Con mucho menos historia pero con dos finales en la última década, el equipo, propiedad del magnate ruso Mijaíl Prójorov, no quiere quedarse atrás. En el gran mercado de agentes libres se quedó con las manos vacías pero luego del parate por el All Star dio la sorpresa y se hizo con los servicios de Deron Williams, recientemente en conflicto con Jerry Sloan que determinó su salida de los Jazz. Ya consiguieron el primer bastión y ahora con el entusiasmo que irradia su dueño pretende mantener a su reciente figura y virar su rumbo nuevamente hacia New York. Brooklyn los espera en dos años ¿Renace la Gran Manzana?