lunes, 5 de diciembre de 2011

Las Reglas Jordan

En sus primeros años en la liga Jordan tuvo que lidiar con el estigma de ser catalogado como un jugador egoísta. Estaba en un equipo que apuntaba a futuro pero cuyo presente era bastante desolador. Con el correr de los años los Bulls fueron mejorando la plantilla con nombres de la talle de Paxson y Pippen pero sin embargo tendrían un rival que los haría sufrir y no solamente con resultados adversos. Los Detroit Pistons también habían incursionado en una etapa de transición y el resultado fue un plantel conformado, entre otros, por Isiah Thomas, Joe Dumas, Bill Lambeer y Dennis Rodman. Para olvidar derrotas del pasado, los Pistons, bajo la dirección técnica de Chuck Daly, decidieron cambiar su estilo de juego y ser un equipo más físico, con una defensa muy agresiva que les dio el mote de "Bad Boys". Cuando ambos conjuntos se enfrentaron en las semifinales de 1988, Daly, que ya había soportado 61 y 59 puntos de Jordan, buscó la manera de neutralizarlo. Era un simple plan defensivo, que no variaba demasiado a lo que venían realizando, pero acá el foco se centraba en un jugador. Había que molestarlo, doblarlo, pegarle si penetraba. Así nacieron las reglas Jordan. Que tuvieron más éxito aún ya que en la liga en ese momento el contacto físico era bastante más permitido. Por lo tanto, la responsabilidad caía en las manos de Pippen y Grant, que todavían no estaban preparados para sacar la cara por el equipo cuando "Su Majestad" estaba en problemas. Los Pistons se impusieron en la serie pero cayeron en la final ante los Lakers. Al año siguiente volvió a repetirse el enfrentamiento, y aunque fue más parejo, Detroit salió triunfador y luego extendería su éxito al vencer a los Lakers y quedarse así con su primer conquista en la liga. En el '90 volvieron a verse las caras en la final de Este. Los Bulls habían despedido a Doug Collins y tenían como nuevo coach a Phil Jackson, que como novedad implementó la "ofensiva triangular", para repartir más el juego y así quitarle un poco de responsabilidad a MJ. Con un juego más consolidado y jugadores más maduros, Chicago por primera vez estuvo a la altura de las circunstacias y logró llevar la seria hasta un decisivo séptimo juego pero una vez más la experiencia de los Pistons terminó inclinando la balanza para culminar con otro título de NBA. Pero claro, de esa derrota los Bulls tuvieron su mejor aprendizaje. En 1991 otra vez se cruzaron. Jordan comprendió la lección y se dio cuenta cual era el momento para hacerse cargo del partido y cuando para jugar en equipo. Fue una barrida memorable ante unos Pistons que pálidos por el golpe se fueron segundos antes del final sin saludar a sus vencedores. Cuatro años que le sirvieron a MJ para dejar atrás a aquel gran anotador egoísta y transformarse en el mejor de todos.

lunes, 17 de octubre de 2011

¿Quién va a ser segundo?

Dicen que practicaba 500 tiros diarios antes de ir a la escuela. Otros aseguran que lanzaba 1000 triples y 1000 dobles. Es más, hasta sostienen que ensayaba tiros de tres con los ojos cerrados. No sabremos como haría para llevar la cuenta de tantos intentos pero si de algo estamos seguros es que gracias a esa dedicación que le puso, Larry Bird se terminaría convirtiendo en uno de los mejores tiradores en la historia de la NBA. En cuatro ocaciones tuvo el mejor porcentaje de libres de la liga y culminó su carrera con 49% en tiros de campo y un, para nada despreciable, 37% en triples. Por eso cuando en se anunció que en el All Star de Dallas en 1986 se iba a llevar a cabo un concurso de triples, Larry se frotó las manos. Ganó el torneo y luego repitió el éxito al año siguiente en Seattle. Cuando llegó al vestuario del Chicago Stadium para el All Star de 1988 dicen que les preguntó a sus contendientes "¿Quién de ustedes va a quedar segundo?". Y no se quedó ahí. Minutos después algunos aseguran que reunió a algunos fotógrafos para sacarse fotos con el cheque de $12.500 que se llevaría el ganador y aumentó su confianza anunciado que "este concurso va a ser muy emocionante, pues no se sabe quien va a quedar de segundo". En la ronda final, Dalle Elis de los Sonics encestó 15 tiros lo cual dejaba la definición en manos de Bird. El jugador de los Celtics llegó al quinto canasto con la necesidad de meter las últimas tres pelotas para hacerse con el título. El primero fue adentro, el segundo también y en el último tiro (con doble puntuación), aún cuando la pelota estaba en el aire, Larry levantó el dedo en señal de victoria y se marchó hacia el centro de la cancha. Claro, terminó por entrar.

miércoles, 31 de agosto de 2011

Show Time

Los Lakers llegaban al sexto partido de las finales de 1980 con sensaciones encontradas. Por un lado necesitaban tan sólo una victoria ante los Sixers para conseguir el primer anillo en ocho años, pero por otro lado se habían quedado sin su máxima estrella. En el quinto partido, Kareem Abdul Jabbar, que la venía rompiendo en su duelo personal ante Dr. J, se lesionó el tobillo (cosa que no le impidió anotar 40 puntos) y quedó descartado para el siguiente encuentro. En el avión rumbo a Philadelphia, Magic Johnson, cuya posición natural era de base, le pidió al entrenador Paul Westhead jugar de pivot. Ante el visto bueno del coach, Magic llamó a su padre y le anunció que "volvía a las viejas épocas". O sea que regresaría a ser el de su etapa colegial donde era un anotador. Y el novato (de apenas 20 años) respondió y de que manera. Sus números ante los Sixers fueron terribles: 42 puntos, 15 rebotes, 7 asistencias, 3 robos, jugando en las cinco posiciones y hasta imitando el famoso "Sky Hook" de Kareem. Los Lakers ganaron el definitivo partido por 122 a 107 y obviamente Johnson fue galardonado con el premio de MVP. Luego del partido, Westhead no ahorró en elogios: "Su apodo es perfecto porque lanza el balón por detrás de la espalda, saluda a las chicas, se divierte, pero también es despiadado e irrumpe bajo el tablero aplastando a los rivales, quizás por eso es Magic, porque ahora lo ves y de repente desaparece".

miércoles, 27 de julio de 2011

El hombre de los 100 puntos

Sus estadísticas de aquella temporada asustan. Más de 50 puntos por partido, más de 25 rebotes y jugando 48,5 minutos de promedio!!! O sea, más de lo que dura un partido. En la 61/62 solamente estuvo afuera 8 minutos de los 3890 posibles. Tremendo. Por eso que Wilt Chamberlain haya marcado 100 puntos en un partido diría que casi no sorprende. Antes de esa temporada el récord pertenecía a Elgin Baylor con 71 puntos jugando para los Lakers. En diciembre de 1961 Chamberlain dio un anticipo de lo que se vendría y con la camiseta de los Warriors le metió 78 puntos a Los Ángeles. "Un día, el tipo anotará 100 puntos", adelantó Baylor, ya sin el récord en su poder. El 2 de Marzo de 1962 ante los Knicks llegó el histórico día. Chamberlain hizo 41 tantos en el primer tiempo y 59 en la etapa final. Dicen (no hay imágenes del partido; si audio de la transmisión radial) que a 46 segundos del final el pivot llegó a la triple cifra y que el partido terminó debido a que los fanáticos coparon el parqué. Fue triunfo de Philadelphia por 169 a 147 y con ello nació una marca que ni siquiera Kobe Bryant, con sus 81 puntos ante Toronto en el 2006, estuvo cerca de igualar.

jueves, 30 de junio de 2011

El día que la arrogancia perdió por goleada

Es el estigma que lleva en la piel el estadounidense medio. No generalizo, pero es un gran porcentaje el que se cree siempre como el mejor. En todo aspecto. Desde la política hasta el deporte. El yanqui está acotumbrado a pensar que es intocable, que siempre tiene razón pero cuando le muerden la oreja, tambalean quedando al borde del abismo. Y así le pasó al Miami Heat. Desde el momento en que Bosh y James (el mismo que tiene tatuado en la espalda la frase "El elegido") se unieron a Wade, el trio se dio por campeón aún sin haber jugado un partido. Los arrogantes de siempre, heredando ese mundo virtual al cual Gino y compañia les dio una bofetada en Indianápolis. Por suerte estuvieron los Mavericks para comprobar una vez más que al basquet se gana jugando en equipo. Nadie gana un partido solo. Podés tener una estrella, dos, o hasta tres pero si no hay nadie que te respalde detrás, el éxito se desvanece. Miami, a lo largo de la temporada, sobrevivió por el peso de sus figuras. Y cuando ellas flaquearon, el Heat anduvo a los tumbos. La serie final fue muy pareja pero hubo un quiebre. El famoso quinto partido suele inclinar la balanza y así sucedió una vez más. Nowitzki, a pesar de la fiebre que lo aquejaba, tuvo un último cuarto decisivo para dejar a Dallas en match point. Horas después nos enteramos de las burlas de Wade y James hacia el alemán, por supuestamente fingir su enfermedad. Clásico de ellos. De los soberbios. Afortunadamente el alemán hizo oídos sordos y se concentró en lo único que importaba por esos momentos: el sexto partido. No habrá sido el mejor de los partidos de Dirk pero cuando había que jugar, en los momentos calientes, aparecieron los Barea, los Terry, los Kidd y se lo llevaron los Mavericks. Un digno título para un equipo que realmente fue un equipo. Que se dedicó a jugar y no a hablar. Y si porque no, justicia para que dos futuros Salón de la Fama tengan al fin su anillo de campeón. Nowitzki se vengó de aquella derrota del 2006 pero aún más importante, les tapó la boca a la arrogancia de los Heat.

lunes, 30 de mayo de 2011

El equipo está motivado

Existen maneras y maneras para motivar a un equipo. Desde arengas antes de un partido, pasando por videos, hasta algún que otro recorte del diario para agrandarse luego de una crítica. Pero una forma no muy común fue la que utilizó Doc Rivers, coach de los Celtics, para motivar a su equipo de cara a los playoffs del 2010. El 18 de Febrero, luego de ganarle a los Lakers 87 a 86 en el Staples Center, les hizo un pedido bastante peculiar a los jugadores y miembros del staff. A cada uno les pidió 100 dólares (juntando en total 2600 dólares) y luego guardó el dinero en un sobre y lo escondió en el cielo razo del vestuario. Ante el asombro de todos, Rivers les explicó que recuperarían el dinero cuando volvieran a jugar allí. Y si, la única forma que tenían los Celtics para volver a jugar en Los Ángeles era en una hipótetica final de liga. Será brujo pero seis meses después Boston estaba de regreso en ese mismo estadio jugando las finales de la NBA. Vaya motivación.

jueves, 21 de abril de 2011

Playoffs, al fin

Y si, fue larga la espera pero al fin llegó. Los playoffs comenzaron y con eso lo más lindo que tiene la NBA. Lo más interesante. 16 equipos, con posibilidades diferentes, peleando por ese trofeo que tan pocos tienen en su haber: el Larry O' Brien. A la hora de hablar de candidatos tendría que mencionar lo que escribía allá por Noviembre. No creo que el campeón se escape de los Spurs, Lakers o Celtics. Y ahí le voy a poner una fichita a uno que no lo tenía ni por asomo: los Bulls. Si, Chicago hizo una campaña memorable, que no se veía desde las épocas de MJ. Ahí en los últimos dos partidos, aprovechó las derrotas de San Antonio, y se quedó con el mejor récord de la liga y con eso la ventaja de definir todas las series en el United Center, incluso una hipótetica final. Es por eso que les dejo un voto de confianza aunque si hay algo que le falta a los Bulls es experiencia. Y eso en estas instancias es fundamental. Justamente es lo que le sobra a los otros tres que según mi visión estarán al acecho. En los Lakers, es clave que Kobe no juegue solo. Que los demás acompañen, que Gasol desmienta con hechos esos dichos de "blando" y que Bynum aproveche sus minutos y que haga olvidar a la dirigencia de inclinarse en el futuro por Howard. Para el éxito de San Antonio no sólo hace falta que el Big Three esté al 100% tanto en lo físico como en el juego, también necesitan defender. Ser el mismo equipo de años anteriores. Porque ya se han dado varios partidos en los cuales Manu, Tim y Tony la destrozan pero la flojita defensiva les hace perder. Y por el lado de los Celtics, es clave Rondo. Desde que comenzó la temporada su promedio de asistencias (que sigue siendo excelente) fueron cayendo mes tras mes. Eso si, ha mejorado su producción ofensiva pero Rajon es un base clásico de nacimiento. Es el que prefiere pasar antes que tirar y para el buen porvenir de Boston es necesario que recupere esa ideología. Claro, también tendrán que hacer lo suyo Allen, Pierce y Garnett pero desde la base es donde se decidirá su futuro.

lunes, 28 de febrero de 2011

La Gran Manzana

El objetivo es claro. Volver a lo que alguna vez supieron ser. No muchas ciudades respiran tanto básquet como New York pero también la realidad marca que hace rato que las mejores épocas se fueron. Los Knicks quieren recuperar el protagonismo, las proezas en el Garden. Aunque sólo dos títulos descansen en sus vitrinas, los de Manhattan siempre estuvieron en la pelea con los más grandes. Por eso el Operativo Retorno implicó gastar unos buenos millones de dólares pero esta vez, asegurándose de hacerlo de manera correcta. Justo en un verano con grandes nombres para satisfacer necesidades, los Knicks fueron por Lebron. No pudieron pero se quedaron con Amare Stoudemire. Pero a esta gran adquisición se le agregaría la frutilla del postre. New York sabía que con Amare, Gallinari, Felton y demás, tenía buen equipo pero para las exigencias del público y para realmente llegar lejos necesitaba más. Y ese más fue nada menos que Carmelo Anthony. El hombre de los Nuggets hizo todo lo posible para irse de Denver. Presionó y dio resultado. Eran los Knicks o los Nets. Pero Melo tenía la idea fija. Si se iba, se iba a New York. Su ciudad, su equipo. Y así fue. Carmelo y Stoudemire juntos. Ahora sólo resta ver si ambos podrán complementarse y sacar al equipo de las penurias. De esas mismas que sus vecinos de New Jersey quieren salir. Con mucho menos historia pero con dos finales en la última década, el equipo, propiedad del magnate ruso Mijaíl Prójorov, no quiere quedarse atrás. En el gran mercado de agentes libres se quedó con las manos vacías pero luego del parate por el All Star dio la sorpresa y se hizo con los servicios de Deron Williams, recientemente en conflicto con Jerry Sloan que determinó su salida de los Jazz. Ya consiguieron el primer bastión y ahora con el entusiasmo que irradia su dueño pretende mantener a su reciente figura y virar su rumbo nuevamente hacia New York. Brooklyn los espera en dos años ¿Renace la Gran Manzana?

martes, 18 de enero de 2011

It's Manu's Time?

La verdad que, a estas alturas y luego de haberme parado a aplaudir cientos de veces frente a la televisión, no me sorprende. Pero es un tanto llamativo, sin dudas. En su noveno año, Gino está teniendo en la NBA su segunda mejor temporada en cuanto a puntos ¡A los 33 años! Si, a la edad que varios de sus colegas, activos y con mucho más nombre (Duncan, Garnett), comenzaron a bajar los décibeles. Es más, me animaría a decir que esta es su mejor versión en la liga yanqui. Porque no sólo es el líder de anotación del equipo sino que es el verdadero capataz dentro de la cancha. Lo que alguna vez fue monopolizado por Duncan&Robinson, ahora es propiedad exclusiva de Manu. Él es el DT en el parqué. Él es el que reune a sus compañeros para darle indicaciones. Él es el responsable de tomar la bola cuando las papas queman. Por eso, aunque lo veo un poco lejos, hay muchos que lo candidatean para MVP. Y el razonamiento es viable: es el mejor jugador del mejor equipo. Sin vueltas. Y el equipo por suerte acompaña. De nada serviría destacarse si el quinteto es uno más del montón. Y Manu lo sabe. Los Spurs, sorprendiendo a todos, tienen un record envidiable y que, aunque también es poco probable, intimida al 72-10 de los Bulls de Jordan. El equipo texano cambió totalmente su perfil. De destacarse por su gran defensiva, ahora lo hace con su ofensiva. Dejó de lado el juego de mitad de cancha para correr el ataque más parecido a lo que nos tenían acostumbrado en otras épocas los Mavs y los Suns. Y que decir del aporte del "Gran Fundamental" ¿Se acuerdan cuando San Antonio pasaba la mitad de cancha y lo primero que hacía era buscar a Duncan? Bueno, ahora, si eso pasa, sucede a cuenta gotas. Con un ataque más balanceado, con suplentes de garantía y con un equipo que demuestra que la veteranía trae experiencia. Y claro, seré chupamedia y todo lo que piensen, pero este presente tiene un gran responsable. Hay que reconocer y ser sinceros que para que los Spurs tengan éxito necesitan del aporte de su "Big Three". No hay un salvador. Pero si hoy fuera el último partido de las finales, yo pondría mi votito para MVP a Manu Ginóbili.