jueves, 31 de diciembre de 2009

El ejemplo Manu

A veces puede llegar a sonar demagógico cuando uno elogia demasiado a un deportista. Falta de imparcialidad, demás, que muchas veces es cierto pero cuando lo vemos jugar a Manu todo está justificado. Es que Gino no deja de sorprender. Si, a los 32 años te sigue dejando con la boca abierta y con la dificultad de encontrar las palabras adecuadas para comentar lo que hace.
Es cierto que últimamente, en gran parte por la lesión que lo marginó un par de semanas, a Manu se lo nota un poco con falta de confianza o dudando en ciertas jugadas pero cuando logra superar esas adversidades vuelve a ser el de siempre. Así fue que contra Minesota se robó nuevamente los titulares de todos los diarios. Ginóbili jugó e hizo jugar. Como si fuera simple esto de jugar al básquet. Al mejor estilo Magic Johnson o John Stockton, Manu se dedicó a pasar la bola y de que manera. De faja, sin mirar, desde atrás de mitad de cancha. Showtime, señores.
Un lujo verlo jugar. Con sus 14 puntos, más sus 10 asistencias, a Gino le faltaba tan sólo un rebote para conseguir el primer triple doble de su carrera. Faltaban 6 minutos para el final del partido, totalmente liquidado hacía rato y Popovich pide time out. Le consulta al bahiense si quería seguir jugando para llegar al décimo rebote y Manu fue convincente. Un no con la cabeza y a sentarse al banco. ¿Usted entendió esto? Seguramente la mayoría de los fans no habrá captado la idea pero Ginóbili lo tiene bien en claro. En la NBA marcar un triple doble es cuestión de estado, todos mueren por lograrlo pero la mente del 20 de los Spurs piensa diferente. Prefiere el descanso. Es como dijo Roger Mason Jr, al escolta "las estadísticas no le importan". Siempre piensa en el equipo, en ayudar en todo lo que pueda más allá si se luce o no. Que lejos del pensamiento general de los jugadores de la NBA. Que siempre miran hacia la pantalla gigante a ver cuantos puntos llevan. O si le falta un rebote para el triple doble tiran la pelota hacia su propio tablero para poder sumar.
Gracias Manu. Gracias por el ejemplo. Gracias por demostrar que el básquet es un deporte en equipo. Gracias por lo que hacés. Y por demostrarle que están equivocados a aquellos que te dicen que estás viejo. Si viejo es el viento y sigue soplando.