Los Lakers llegaban al sexto partido de las finales de 1980 con sensaciones encontradas. Por un lado necesitaban tan sólo una victoria ante los Sixers para conseguir el primer anillo en ocho años, pero por otro lado se habían quedado sin su máxima estrella. En el quinto partido, Kareem Abdul Jabbar, que la venía rompiendo en su duelo personal ante Dr. J, se lesionó el tobillo (cosa que no le impidió anotar 40 puntos) y quedó descartado para el siguiente encuentro. En el avión rumbo a Philadelphia, Magic Johnson, cuya posición natural era de base, le pidió al entrenador Paul Westhead jugar de pivot. Ante el visto bueno del coach, Magic llamó a su padre y le anunció que "volvía a las viejas épocas". O sea que regresaría a ser el de su etapa colegial donde era un anotador. Y el novato (de apenas 20 años) respondió y de que manera. Sus números ante los Sixers fueron terribles: 42 puntos, 15 rebotes, 7 asistencias, 3 robos, jugando en las cinco posiciones y hasta imitando el famoso "Sky Hook" de Kareem. Los Lakers ganaron el definitivo partido por 122 a 107 y obviamente Johnson fue galardonado con el premio de MVP. Luego del partido, Westhead no ahorró en elogios: "Su apodo es perfecto porque lanza el balón por detrás de la espalda, saluda a las chicas, se divierte, pero también es despiadado e irrumpe bajo el tablero aplastando a los rivales, quizás por eso es Magic, porque ahora lo ves y de repente desaparece".
miércoles, 31 de agosto de 2011
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