Si hay un equipo del cual no se esperaba realmente nada, esos eran los Portland Trail Blazers de la temporada 1976/1977. A ver pongámonos en contexto. Los Blazers eran una franquicia de apenas seis años de existencia
que en ese lapso nunca habían podido ganar ni siquiera la mitad de sus partidos. Pero bueno, tenían una esperanza que se llamaba Bill Walton. Un joven talento proveniente de UCLA (Universidad de California de Los Ángeles) que en sus tres temporadas universitarias había promediado más de 20 puntos. Con dos títulos de la NCAA bajó el brazo llegó a la NBA, pero allí la historia sería muy diferente. Portland lo eligió en la primera posición del draft de 1974 pero Walton no pudo responder a la expectativa que había generado. En sus primeros dos años estuvo con una racha de lesiones (se fracturó la muñeca, el pie, la nariz y la pierna) que le hicieron perderse más de la mitad de los juegos. Pero luego habría revancha. Para la 76/77 su suerte comenzó a despuntar. Empezó a jugar más partidos, mostrando algo de ese nivel de UCLA que tanto elogio había despertado, y tuvo su recompensa. Fue seleccionado para el All Star (aunque no lo pudo jugar por lesión) y elegido dentro del mejor equipo defensivo y el segundo mejor equipo de la liga. En los Playoffs, el conjunto de Oregón (que había terminado con una marca de 49-33) no figuraba en las apuestas de nadie. Era un buen equipo pero con una falta de experiencia clave para estas instancias. Pero bueno, siempre hay una primera vez. Los Blazers eliminaron a Chicago (en ese momento pertenecían a la conferencia oeste), Denver y en la final sorprendieron barriendo a los Lakers de Kareem Abdul Jabbar. Ya en la final, otro cuco los esperaba. Los Sixers de Julius Erving, que el año anterior había sido campeón con los Nets en la ABA. El comienzo de la serie fue un martirio para los de Rip City. En el primer juego Erving y Doug Collins la rompieron (se combinaron para 66 puntos) y en el segundo directamente no hubo partido (107-89). Pero Bill se despertó y fue el abanderado que los Blazers necesitaban para ponerse 3-2 arriba en la serie. Ya en el sexto juego, el partido fue un palo y palo. Dr J la volvió a destrozar con 40 puntos pero los 23 puntos y 8 tapones de Walton fueron decisivos. No sin sufrir obvio. En la última jugada del encuentro, George McGinnis falló un doble que le hubiera dado el empate a los Sixers. “El baloncesto es un juego de cinco hombres, y los Blazers han jugado como si ellos hubieran inventado ese concepto”, fueron las palabras de un abatido Julius Erving. En su primera aparición en playoffs Portland consiguió el campeonato ¿Cuántos equipos pueden decir lo mismo?