Faltaba él, el más grande. Porque si hablamos de básquet la primera persona que se nos viene a la mente es él. El que más veces nos hizo emocionar, ese mismo que sabemos que nunca nadie podrá igualar. Porque después de que se retiró vinieron muchos intentando destronarlo pero Jordan siempre será uno. Más allá que muchos éramos chicos, cuando su majestad estaba en su apogeo, nos hemos cansado de ver videos disfrutando de su inagotable talento. Como aquel tiro frente Utah faltando muy pocos segundos para definir su último anillo. O como en aquel partido cuando demostró que no era egoísta y le cedió la última bola a Steve Kerr para celebrar otro campeonato. Si hasta se vistió de héroe en una película que no parábamos de mirar e imaginarnos en su lugar, aunque sea, por un momento. Se fue y volvió un par veces. Lo vimos con 40 años jugando mucho mejor que otros que tenían el menos del doble de su edad y así y todo, más allá de que su equipo no le iba muy bien, él siempre hacía alguna jugada para demostrar que era el verdadero "23". ¿Qué más se puede decir? Un tipo que le incomoda ser elogiado y tratado como el mejor de todos los tiempos. Probablemente el Hall of Fame reciba a su miembro más importante, entre tantas leyendas sabemos que él está un escalón (por no decir varios) por encima de los demás. Tantas veces lo vimos llorar, tantas veces nos hizo llorar, hoy una vez más MJ nos vuelve a emocionar. Gracias es poco.
miércoles, 30 de septiembre de 2009
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